La Tipa Cuerda y Valentina

Valentina en el espejo, mirando su reflejo.

Dime, mi niña,  ¿ves lo mismo que yo?

Un tesoro de leche, azúcar y té.

Dime mi niña preciosa, ¿qué ves?

Cuento sin fin

¿Quién es ese hombre que baila a lo lejos?
¿Qué se trae entre manos?
Te han dicho mil veces que viene a por ti.
Mil veces solos.
Mil veces.
Viene a por ti.
Te han dicho.
¿Qué?
Así empieza el cuento: Súbete el cuello de la gabardina que hace frío.
Así sigue el cuento: Con lluvia en los zapatos, el pelo mojado, flequillo de lágrimas.
El cuento no acaba.
Como todos los cuentos. Un cuento sin fin.
FIN. FIN. FIN.

La Tipa Cuerda y las buenas intenciones

Tras darme cuenta de que he perdido un buen puñado de palabras escritas en trozos de papel y servilletas viejas. Sin que nadie me lea y en silencio, empiezo de nuevo a escribir poesía.


Abro la puerta a la lírica de la vida.

La Tipa Cuerda y sus Poemas de Verano

1.
Yo soy viento ligero, como suspiro que se escapa de tu boca.


2.
A medias: me da miedo la vida.
A medias: miedo a estar perdida.
A medias. Demasiadas idas y venidas.


3.
El sol brillante.
Los pinos verdes.
El mar azul.
Chi-chi-chi
La chicharra suena así.
Chi-chi-chi.
El cielo oscuro.
La noche clara.
La espuma blanca.
Cri-cri-cri
El grillo suena así.
Cri-cri-cri

La Tipa Cuerda se caga en tó.

Demasiado buena para tanta mierda.
Los trabajos basura me persiguen.
Vaya donde vaya y esté donde esté.

La Tipa Cuerda Loves UK

Bueno ya está aquí lo que todos lleváis esperando tanto tiempo…Un email mío, de eso de los de antes, con episodios absurdos de mi día a día o incluso más absurdo todavía: mis pensamientos profundos sobre el ser y el humano (que no siempre es lo mismo).
Vaya año, ¿no? Venga trabajar, venga decirnos que esto es lo que hay, que al que no le guste que tenga huevos y encuentre otra cosa. Venga darle al “que la cosa está muy mal”. MIEDO. Que sí, que sí, que la cosa está muy mal, que a todos se nos queda el culo frío cuando asomamos la nariz por la ventana. FRIO Y HAMBRE, parecemos rusos joder.
Pero, los que me conocéis ya sabéis como soy. Me cansé, me cansé del “o lo tomas o lo dejas, pero esto es lo que hay”. Me cansé de que mi día a día fuera más de otros que mío y sobre todo, me cansé de que me dieran por culo día sí y día también y tener que dar las gracias. Así que mi recién estrenado marido (ya van a ser 6 meses!) y la que suscribe volvieron a tomar las riendas de su vida e hicieron una cosa, que por lo visto no hace mucha gente en estos tiempos tan sufridos: restablecer nuestras prioridades.
A la mierda el trabajo, a la mierda Madrid, ¡a la mierda todos! Que yo no tengo hipoteca, que no tengo niños, que en mi vida mando yo y que porque yo soy buena gente tú te pones de suhi hasta el culo. Vamos, que como algunos ya sabéis desde noviembre vivo en Londres con el Russellito. Y que sepáis que me he pasado dos meses SIN HACER NADA DE NADA, leyendo, viendo películas y programas malunos de TV, escuchando musiquita, bailando en el salón, decorando mi casita nueva y saboreando chocolatinas de Cardbury Fruit&Nut. Mmmmmmmmmmmmmmm.
Ahora ando buscando trabajo, como muchos, pero uno que me permita vivir. Ya sabéis: llegar a casa a una hora razonable, tener energías suficientes para darle un millón de besos al Russellito, poder ir al cine cada dos semanas, comprarme algún trapito, escribiros un email al mes… ¿Quién sabe? El futuro se presenta con algo que ya estaba yo echando de menos: POSIBILIDADES.
MIEDO, sí, pero del bueno.

La Tipa Cuerda se pregunta

¿Que José María, cuentas conmigo o no?