martes, 18 de diciembre de 2007

La Tipa Cuerda en Navidad

Este año no voy a casa por Navidad, pero la Navidad viene a mí (vamos, que mi madre se coge el recién inaugurado AVE Málaga-Madrid y se planta aquí a hacerme compañía). Pese a todo lo que la Navidad trae consigo (no a mi madre, si no todo lo demás); trabajo, gastos injustificables, melancolía, propósitos de año nuevo que nunca se cumplen, paz y amor, vasos rotos y la estrella de Belén, es una fiesta que no me deja indiferente.
Me gusta la Navidad porque es una época exagerada donde el término medio no existe. Celebramos, discutimos, compramos, comemos, bebemos, creemos o dejamos de creer por todo lo alto. Luces, papeles de colores, dulces, cenas familiares, amigos, regalos, vestidos de fiesta. Todo lo que nos gusta inevitablemente acompañado de dolores de barrigas, dramas familiares, llantos y la esperanza de que el año que viene será, si no igual de bueno que éste, mejor. Como la vida misma.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Saludos navideños:
Ante todo te escribo para contestarte tu sms felicitándome estas fiestas. Si no te he contestado es, entre otras cosas, porque me he pasado 3 días en cama con 38 y medio de fiebre. Es decir, que me gasto la pasta para bajar a Marbella para ver a familiares y amigos y pillo un gripazo del copón que me deja encamao, tan solo puedo ver a los colegas durante una media hora y a la familia lo justo para comer dos lonchas de jamón (ibérico, eso sí) medio yogur y volverme a la cama a sudarla. Por supuesto, el día de mi regreso, mi cuerpo decide volver a la vida, a tiempo para coger el avión y estar hoy como una puta rosa, para reincorporarme al currele y ser productivo a la sociedad ( y de paso pagar la gasolina del Aston Martin con el que mi jefe gusta de pasearse por los muelles de Puerto Banús)
En fin, que me cago en la puta navidad.

Por cierto, feliz navidad Sonita. Y también para Sonia madre, esa mujer.